diumenge, 24 d’agost del 2008

¡Ya está!


Ya está. Ha sido un gran éxito. La Copa América fue una risa, comparao con esto. Eso sí, ha ganao un brasileño, no podemos ser los mejores en todo. Pero ha sido un grandísimo éxito. Ahora somos un poco más felices. Todos los valencianos. Todos, todos, todos, todos...

¿Y la organización? ¿Para qué hablar del prodigio organizativo que, una vez más, hemos desplegado desde la CV para asombro del mundo y para la envidia de los otros circuitos?

Lluvia de beneficios para todos. Lluvia de millones, impulso estratosférico al conocimiento y apreciación de la ciudad, turistas por un tubo, simpatía mundial a raudales, inversiones sin cuento... Sin duda, desde ahora nuestra vida será mejor. Para siempre. Para todos.

Se estiman –a la espera de la valoración oficial– 34,573.661 impactos mediáticos del evento. El presidente de la Generalitat ha aparecido en 15.564 fotografías y ha sido citado en los medios en 35.649 ocasiones. La alcaldesa de València ha aparecido en 15.564 fotografías y ha sido citada en los medios en 35.649 ocasiones. El consejero de Infraestructuras ha aparecido en 15.564 fotografías y ha sido citado en los medios en 35.649 ocasiones. El presidente de la Diputación ha aparecido en 15.564 fotografías y ha sido citado en los medios en 35.649 ocasiones. Y así sucesivamente...

Hemos establecido nuevos récords. En desviación y gasto de mayor cantidad de fondos públicos en el menor tiempo. En velocidad de construcción de una infrastructura imprescindible que se usará durante tres días al año. En número de preguntas en la calle, del tipo “¿Por dónde vuelvo a mi casa?”. En visitantes: aproximadamente –siempre a falta de la valoración oficial– tres millones y medio. En espectadores: hasta se han visto nadando en las inmediaciones del puerto. En cantidad de obras del arquitecto oficial: varias decenas (sin contar los trofeos de la carrera). En fabricación e instalación de lonas cubre-vergüenzas king-size. Récord, cómo no, en contaminación acústica (vamos, en ruido): todo sea por satisfacer las valencianas trompas de Eustaquio (o las de Falopio, que diría Rita).

Una vulgar càmera digital enfoca
el carrer Uruguai. A uns 5 km de
distància del port, amb centenars
d'edificis pel mig, es poden sentir
els sorolls dels autos en la carrera:



Y, para satisfacción del señor arzobispo (¿había dicho ya que los beneficios son “para todos”?), podremos añadir que los valencianos también hemos aportado dos nuevas incógnitas que reverdecerán los gloriosos misterios de Fátima: dentro de 85 años se podrán desvelar los costes reales, tanto de la visita papal como de la carrera banal.

Au! Fins a l’any que ve!

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Endevinalla doble: A quina velocitat cal arribar per a fer-ne una mitjana de 54 km/h? Quina és la velocitat màxima permesa en la ciutat de València?

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